Hay momentos en los que de repente te sale una letra o tarareas una melodía y te pones a trabajar con eso. Otras veces sin embargo, pueden pasar días, semanas, incluso meses sin venirte nada a la cabeza.
Aquí vamos a hablar de la inspiración provocada o la creatividad asistida mediante el uso de sustancias legales como por ejemplo, el té negro.
Calentar el agua... seleccionar el té... dejarlo reposar durante unos pocos minutos y ya tenemos nuestro potenciador creativo listo.
Para componer una canción, no hay fórmulas matemáticas ni métodos (anticonceptivos si) que produzcan una creación musical, pero si hay rituales. Un ritual puede ser tomar ese té negro, encender uans velas, incienso, coger la guitarra, cerrar los ojos y dejarte llevar a otros lugares que el ajetreo y el ruido de la prisa no nos deja llegar....
martes, 8 de febrero de 2011
lunes, 7 de febrero de 2011
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